domingo, noviembre 11, 2007

La hija de la amante


La curiosidad que manifesté días atrás no ha sido defraudada. Todo lo contrario: A.M. Homes me parece una escritora brutalmente honesta y valiente. Y más importante aún, impúdica. Siempre he pensado que para escribir bien es preciso dejar de lado el pudor: leer este texto reafirma mi creencia. En The Mistress’s Daughter la autora explora de un modo crudo, aunque no exento de comicidad e ironía, su propia condición de hija adoptiva de una familia judía e ilustrada, que de golpe se ve en la situación de conocer y tratar a sus padres biológicos. Todo esto, además, en el contexto de una carrera literaria en ascenso.

Caer en el sentimentalismo tiene que ser un peligro latente para quien se embarque en un texto de semejante temática. Pero A.M. Homes sortea satisfactoriamente el reto, teniendo como norma una sinceridad realista y sobria, que invita a pensar en un intento de curación personal —al fin y al cabo, escribir es también, entre tantas cosas, una forma de terapia—. Sus encuentros con el padre biológico en hoteles casi furtivos, la prueba de ADN a la que se somete a instancias de éste, los pensamientos con imágenes de sexo que provoca su presencia, la relación conflictiva entre su madre biológica y el padrastro de ésta, se convierten en episodios cuya innegable crudeza es mitigada por la ansiedad que informa todo el relato: ansiedad de la narradora por conocer sus orígenes, y que a la vez es alimentada por el pánico que esta posibilidad le provoca. Una vez producida la inesperada muerte de su madre biológica, A.M. Homes se empeñará en descifrar la biografía de ésta —y así entender la entrega de la hija recién nacida a un matrimonio desconocido, es decir el acontecimiento primordial de su propia biografía— a través de los escasos y difusos objetos materiales que logra rescatar de su casa de Atlantic City. Es aquí donde su oficio de escritora será una herramienta útil para llenar de contenidos las múltiples sombras que le han quedado como legado.

The Mistress’s Daughter es un libro deslumbrante y profundamente humano. Mis ganas de seguir explorando la obra de A.M. Homes continúan en ascenso.