sábado, noviembre 24, 2007

Escenas de la presentación de un libro


Cuando se pasó a la etapa de intervenciones por parte del público, la presentación de La cuarta espada, el último libro de Santiago Roncagliolo, se convirtió en una vertiginosa sucesión de escenas cargadas de mala onda y crispación. La primera en tomar la palabra fue una joven congresista que intentó leer un discurso en el que se refería a las “ideologías trasnochadas” que inspiraron a Guzmán y la subversión de Sendero Luminoso. Casi de inmediato emergieron disonantes improperios en contra de la congresista, pero sobre todo de su partido. La joven había cometido un acto desatinado, y tuvo que parar de leer. Era evidente: la presentación en Lima de un libro sobre Abimael Guzmán escrito por un autor como Santiago, cuya carrera literaria está en pleno ascenso, tenía que congregar a gentes con pensamientos políticos diversos. Y eso, en el Perú de hoy, todavía equivale al peligro cierto de una confrontación cuasi pugilística, en el mejor de los casos. Se comenzó a experimentar un clima de tensión que hacía evocar, aunque fuera lejanamente, los últimos años ochenta y los primeros noventa. Siguieron otras intervenciones. Y más gritos y protestas. Una distinguida anciana con una disparatada hipótesis sobre el título del libro y su relación con el Apocalipsis de San Juan. Una muchacha que se refirió más de una vez a Guzmán como “Presidente Gonzalo”. Más preguntas y amenazas al partido de la congresista. Finalmente una evocación a la conocida pregunta con que Vargas Llosa inicia Conversación en La Catedral, “¿Cuándo se jodió el Perú? Santiago se limitó a responder: “A mí no me pregunten, cuando yo nací ya estaba jodido”. Un poco de humor que sin duda ayudó a aquietar el ambiente.

Horas más tarde, en un bar de Barranco, Santiago se mostró distendido y conversador. En algún momento me preguntó: "¿Y qué tal el regreso?". "Como el de Calamaro", respondí sin saber en verdad por qué. Me traje de vuelta a casa mi ejemplar de Pudor dedicado: “Para Octavio, esta historia que ya leíste en Internet, ahora en papel. Santiago”.