Ésta es la nueva sede central del Instituto Cervantes en Madrid. Un majestuoso edificio ubicado en plena calle de Alcalá, a escasos metros de la plaza de Cibeles, el Banco de España, la Casa de América y el Círculo de Bellas Artes. El escritor venezolano, residente en Madrid, Juan Carlos Chirinos cree que es la primera vez que el local de un banco pasa a ser sede de una institución cultural. Quizá esté en lo cierto.
Y aunque no lo esté, no deja de ser algo extraordinario. Imposible no sentir envidia cuando me ha tocado en suerte nacer —y ahora nuevamente vivir— en un país donde aún puede ser materia de discusión si es necesario o no crear un Ministerio de la Cultura.