viernes, julio 11, 2008

Grandes simios

A propósito de la entrada anterior, si me diesen a elegir uno de los manuscritos de Kafka de los que podrían estar en la colección que Max Brod legó a Ilse Esther Hoffe, sin duda me quedaría con el de Informe para una academia. El personaje del simio humanizado y de hablar barroco ejerce una fascinación especial sobre muchos. Se trata de un ser empeñado en hacer la apología de su propia transformación, como una forma de ocultar su profunda infelicidad. Acaso una muestra velada de la antipatía que los seres humanos pueden experimentar por su propia naturaleza.